Me disculpo de antemano por la foto, pero no se puede disfrazar la realidad. Presencié una escena igualmente desagradable esta mañana a las 2 a.m. cuando regresaba a mi casa de una fiesta familiar. Tuve la desdicha de atropellar un gato y, más o menos, quedó como la foto. Inmediatamente pensé que no era problema mío y que era culpa del gato por "cruzarse" con mi carro. Estaba a punto de irme cuando mi esposa me dijo que necesitábamos una bolsa para sacar el gato de la vía. Le dije que estaba loca. En ese momento de debate sobre que hacer, un taxista se acercó y nos ayudó a mover al gato a la alcantarilla y nos dijo, "no se preocupen, se los llevará el agua de la alcantarilla". Ahí mismo me entró la conciencia y acordé con mi esposa hacer lo "correcto". Fuimos a la casa por una bolsa y nos devolvimos a meter el gato en la misma, sacarlo de la calle e ir botarlo a algún basurero. Admito que de no ser por el convencimiento de mi esposa, posiblemente hubiese dejado el gato ahí mismo.
Aunque sentí que hice lo correcto, ¿qué tan correcto es? ¿porqué me quedé con un sinsabor? ¿Porqué estaba sacando un gato callejero muerto de una calle pública a las 2:30 a.m. y botarlo en un basurero desconocido para que otras personas ajenas al asunto no tuvieran la mañana siguiente que recoger los platos sucios?
Pensando en el asunto, todo el análisis se resume en el tema de propiedad. Si existieran derechos de propiedad asociados a los protagonistas del incidente -la calle, el dueño del carro y el gato- el asunto se pudiese haber aclarado más fácilmente:
1. El propietario de la calle privada cobra un peaje de uso que incluya encargarse de los accidentes que ocurren en su propiedad.
2. Yo asumo responsabilidad por las acciones que realizo en esa propiedad privada.
3. El dueño del gato asume responsabilidad por las acciones que realiza el mismo en esa propiedad privada.
Los tres protagonistas tendrían operadores de seguros que regulan estas situaciones y se encargarían de resolver el asunto.
Mejor este escenario -más claro- que dejar la situación a la variabilidad moral de ciudadanos, que cómo yo, les es difuso saber o querer saber, que es lo correcto de realizar en estas situaciones.
Alejandro Beeche Van der Laat
Aunque sentí que hice lo correcto, ¿qué tan correcto es? ¿porqué me quedé con un sinsabor? ¿Porqué estaba sacando un gato callejero muerto de una calle pública a las 2:30 a.m. y botarlo en un basurero desconocido para que otras personas ajenas al asunto no tuvieran la mañana siguiente que recoger los platos sucios?
Pensando en el asunto, todo el análisis se resume en el tema de propiedad. Si existieran derechos de propiedad asociados a los protagonistas del incidente -la calle, el dueño del carro y el gato- el asunto se pudiese haber aclarado más fácilmente:
1. El propietario de la calle privada cobra un peaje de uso que incluya encargarse de los accidentes que ocurren en su propiedad.
2. Yo asumo responsabilidad por las acciones que realizo en esa propiedad privada.
3. El dueño del gato asume responsabilidad por las acciones que realiza el mismo en esa propiedad privada.
Los tres protagonistas tendrían operadores de seguros que regulan estas situaciones y se encargarían de resolver el asunto.
Mejor este escenario -más claro- que dejar la situación a la variabilidad moral de ciudadanos, que cómo yo, les es difuso saber o querer saber, que es lo correcto de realizar en estas situaciones.
Alejandro Beeche Van der Laat
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