Ayer Mike Wallace de 60 Minutos entrevistó a Roger Clemens, quién asegura no haber sido inyectado con hormonas de crecimiento ni haber usado esteroides.
Esta entrevista ocurre como consecuencia del controversial reporte Mitchell que salió a luz pública en diciembre pasado. El reporte mancha a un número extenso de jugadores de baseball indicando que han usado a través de sus carreras sustancias ilegales para mejorar su desempeño profesional.
¿Como se diferencia el uso de estas sustancias en la vida profesional de la vida personal?
Me parece que estos jugadores, al igual que cualquier otro individuo en la sociedad, deben tener el derecho de ingresar en su propio cuerpo las sustancias que les plazcan en su vida personal. Diferente es cuando utilizan estas sustancias en su vida profesional, afectando a terceros jugadores que no gozarían de las mismas posibilidades de usar estas sustancias y ayudarse en su desempeño profesional. En otras palabras, todos los jugadores deben tener las mismas posibilidades de ingresar en sus cuerpos las sustancias que reglamentariamente establezca la MLB.
Claro que es un tema complejo lleno de variables, pero la premisa debe ser que la liga debe establecer una lista ajustable de sustancias permitidas (y que sean medibles) para todos los jugadores por igual y, a la vez, establecer las penalidades por el uso de las drogas no permitidas mientras estos jugadores se desenvuelven profesionalmente. Esta premisa debe usarse por igual en otros deportes.
Alejandro Beeche Van der Laat
Esta entrevista ocurre como consecuencia del controversial reporte Mitchell que salió a luz pública en diciembre pasado. El reporte mancha a un número extenso de jugadores de baseball indicando que han usado a través de sus carreras sustancias ilegales para mejorar su desempeño profesional.
¿Como se diferencia el uso de estas sustancias en la vida profesional de la vida personal?
Me parece que estos jugadores, al igual que cualquier otro individuo en la sociedad, deben tener el derecho de ingresar en su propio cuerpo las sustancias que les plazcan en su vida personal. Diferente es cuando utilizan estas sustancias en su vida profesional, afectando a terceros jugadores que no gozarían de las mismas posibilidades de usar estas sustancias y ayudarse en su desempeño profesional. En otras palabras, todos los jugadores deben tener las mismas posibilidades de ingresar en sus cuerpos las sustancias que reglamentariamente establezca la MLB.
Claro que es un tema complejo lleno de variables, pero la premisa debe ser que la liga debe establecer una lista ajustable de sustancias permitidas (y que sean medibles) para todos los jugadores por igual y, a la vez, establecer las penalidades por el uso de las drogas no permitidas mientras estos jugadores se desenvuelven profesionalmente. Esta premisa debe usarse por igual en otros deportes.
Alejandro Beeche Van der Laat
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